LA COLUMNA DE... ANTONIO MARTÍNEZ
Voy a dormir, me despierto al día, pero cambio de
opinión y quiero...
Quiero ser oído, quiero que sepan mi nombre; yo
fui, sí, yo fui el que le echó a la vida un par y me dieron de
patadas: miles de proyectos, miles de cosas en la mente, todo puede
cambiar… Tengo la oportunidad de hacer algo enorme, pero no dejo de
ser pisoteado y, ¿qué más da?
Voy a dormir, me despierto al día, pero cambio de
opinión y quiero...
Quiero que esto cambie, que ese dios llamado Dinero
no nos mueva, que seamos nosotros los que hacemos las cosas por algún
motivo. Otro día más pisoteado, llego cansado, pero no caigo, sigo
buscando el modo de que pase algo, ¿pero cuándo?
Voy a dormir, me despierto al día, pero cambio de
opinión y quiero...
Quiero que todos seamos iguales, que nada nos pare,
que esto a lo que llaman “Mundo” deje de ser una máquina rota,
repararla, que vuelva a funcionar. Nos engañan los que controlan a
ese dios, nos dicen: “tranquilos, seguid sin hacer nada, que
nosotros lo hacemos bien”. Acabas los días molido de tanto luchar,
incluso ahogado de tanto pensar pero... ¿de verdad merece la pena?
Voy a dormir, me despierto al día, pero cambio de
opinión y quiero...
Quiero decir adiós, todo esto me supera, no sirve
de nada, nadie ayuda. Todos pasan o te pisotean, miro a mi alrededor
y los veo ahí, quietos, siguiendo esquemas que alguien creó, nadie
quiere ser él mismo, pobres fotocopias... Miro hacia atrás y la
encuentro otra vez más, ahí está, como siempre, pero... ¿por qué
me sigue?
Voy a dormir, me despierto al día, pero cambio de
opinión y quiero...
Quiero que me deje en paz, necesito estar solo...
¿no me ves? ¿No los ves? Siguen quietos, ese dios sigue dominando,
los que controlan a dios están dominando a las fotocopias y las
fotocopias siguen con su esquema imposible de que somos iguales... No
lo he conseguido, ¿vale? Déjalo ya... ¿cómo lo hago?
Voy a dormir, me despierto al día, pero cambio de
opinión y hoy no quiero...
No quiero seguir lamentándome: nos han pegado miles
de veces, nos darán palizas, dicen que imparten “justicia” y los
justos somos los que llegamos a casa rotos, ella nos habla. Ella
empieza a acercarse más y más, la reconozco al fin. Es la razón
por la que todo empezó... no me dejó nunca que me parara, aunque yo
quisiera... tuve una idea un día, hacer que ella fuera verdad, sigo
pensando que se puede lograr... pero a quienes pedí ayuda fueron a
dormir, se despertaron al día y cambiaron de opinión...
AMB.
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